Quería contaros como fue mi primera experiencia con la Cooking Chef de Kenwood, me recuerdo perfectamente sentada en una silla de la cocina y yo mirando la Cook y la Cook mirándome a mí… pero no me quiero adelantar en la historia.
Una mañana de sábado del mes de febrero, por fin, mi marido Paco consiguió convencerme de que no me lo pensara más y que nos íbamos a comprar el robot. Pues al Corte Ingles que nos fuimos (nosotros somos muy de Corte Ingles, por la comodidad y la garantía, pero básicamente por la comodidad, somos un poco vagos para eso de las compras, uff que pereza). Tuve la gran suerte de que el robot estaba en rebajas (a pesar de que las dependientas me habían asegurado y reasegurado en otras ocasiones que el robot no tendría rebajas) y además semana fantástica en pequeños electrodomésticos, por lo que me ahorraría casi 300 euros. Guauu, no me lo podía creer. No había dudas, había llegado el momento de comprar la Cooking Chef de Kenwood.
Pues a ello nos pusimos, compramos la Cook, y nos dicen que si nos la queremos llevar a casa o que nos la envíen. ¡Habéis visto la caja! Pues Paco dice: nos la llevamos. Dios mío pensé, su argumento era convincente (como casi siempre) así puedes empezar a usarla el fin de semana si quieres. Aquí comenzó la odisea. Acerca el coche a la entrada, dos personas ayudando con el carrito a llevar la caja hasta el coche, luego que no entra… Bueno conseguimos meterla en el coche e incluso llegar y subirla a casa.
Todos estaban emocionados, todos menos yo. Los niños y Paco empezaron a desembalar la Cooking Chef, y yo no hacía más que soplar. Mi gran interrogante era: ¿habré acertado en la compra? ¿No tendría que haber comprado otro robot?
Me animé con ellos a desembalarla, la limpiamos y la colocamos. Estaba allí, en la encimera, toda brillante y orgullosa, y no dejaba de mirarme. Me senté en una silla y…
Eso fue el sábado. Cada vez que entraba en la cocina ahí estaba, mirándome. Pasó el domingo, y a lo único que me atreví fue a leerme, mas bien a estudiarme, todos los manuales de instrucciones y a leerme los libros de recetas.
El lunes, otra vez lo mismo, cuando entré en la cocina para preparar el desayuno de los niños, ahí seguía. Pero esta vez no pudo conmigo. Los lunes no tengo que ir a la facultad por lo que decidí que del lunes no pasaba, que la iba a estrenar, pero ¿con qué?
A pesar de que la cocina siempre se me ha dado muy bien, tengo varias asignaturas pendientes, y entre ellas está la de montar claras a punto de nieve para hacer merengues. Me acordé de los “merenguitos” que había en la confitería de mi barrio cuando era pequeña y, pues manos a la obra: ¡qué mejor manera de estrenar mi Cooking Chef con algo que nunca he sido capaz de hacer¡. Lo que no sabía era el lunes repostero que desencadenó mi idea. (aprovecho para deciros, que aunque hoy mi post sea repostero, este no pretende ser un blog de repostería; utilizo mi Cooking Chef para un montón de platos).
Me puse a ello: huevos, azúcar glas y a hacer merenguitos. Yo seguí las proporciones de mi abuela: 30 gramos de azúcar por cada clara de huevo.
Pero ahí no acabo la cosa. ¿cómo iba a servir los merenguitos sin una cobertura de chocolate? y ¿por dónde cogerían los niños los merenguitos para comérselos? Uhmm, había que hacer una cobertura de chocolate y una base para poner los merenguitos. Pues a ello que me puse. Pero antes de contaros como siguió mi aventura con los merenguitos quería daros unos trucos para los merengues:
El primer problema que me planteé resolver fue el de facilitar coger los merengues. Aquí el tema recuerdos viene muy bien, pensando los merenguitos de aquella repostería de cuando era pequeña, recordé que el merengue estaba apoyado sobre una base. Otra duda ¿qué base hacer? Primero pensé en las galletas tradicionales de mantequilla o en una masa sucree (una masa quebrada o brisa dulce con polvo de almendra) pero pensé que ambas opciones iban a hacer que mis merenguitos quedasen demasiado dulces por no decir empalagosos, más cuando pensé en el “pegamento” que utilizaría para pegar los merengues a la base; así que al final opté por una masa brisa. Ufff, otro lío, si todavía no había aprendido a utilizar mi robot, pero creo que ya os habéis dado cuenta que cuando se trata de cosas de cocina pocas cosas me frenan.
Mientras esperaba a que la masa brisa se enfriará en la nevera, decidí que el “pegamento” más adecuado iba a ser una crema pastelera, pues a hacer crema pastelera. ¡Y todavía me faltaba hacer la cobertura de chocolate!
Pensaba colgar en este post la receta de los merenguitos, pero creo que ya es demasiado largo y no quiero aburriros. En breve publicaré en detalle la receta detallada de los merenguitos.
Noemí
Me alegro de que te hayas animado a poner recetas. Me vienen genial para sacarle más partido a la máquina.
ResponderEliminarR.
Hola Noemí,
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu blog mientras buscaba recetas para la Cooking Chef. No la tengo, pero ando haciendo mi análisis particular de los distintos robots de cocina. De modo que muchas gracias por compartir tus recetas, espero que cuelgues muchas mas y que la gente se anime a colaborar contigo (quizás yo también si me decido por ella).
Una pregunta, has probado a hacer salmorejo y/o comidas para bebés?
Con un bebé en camino es uno de mis puntos principales a considerar (el salmorejo lo he puesto porque el que hace mi suegra con la TM me encanta, jeje)
Suerte y gracias de nuevo
Hola, me alegro de que hayas caído en mi blog y pueda ayudarte a decidirte.
ResponderEliminarQué tendrá el salmorejo de las suegras, a mí me pasó lo mismo!!! Ja, ja, ja… Por supuesto que puedes hacer un fantástico salmorejo en la jarra batidora. Como has visto en el post una de las personas que a mí me ayudó a decidirme por el Cooking fue mi suegra. Ella, hasta hace poco, tenía un robot de Kenwood (una anterior que no cocinaba) y la Th; desde que se le rompió el robot hace unos meses (no está mal después de treinta años en perfecto funcionamiento) hace el salmorejo con la Th y echa de menos, no te imaginas como, su robot. Por lo que a los purés para los bebés, tampoco tendrías ningún problema pues te quedarían con la consistencia perfecta. No obstante, no quiero engañarte, para hacer purés creo que es más cómoda la Th porque en el robot hay que cocer la verdura en el bol y luego procesarla en la jarra batidora, por lo que tiene un poquito más de trabajo y se mancha más; también te digo que, por desgracia y experiencia, los niños crecen muy deprisa y cuando quieras darte cuenta la etapa purés ha pasado, creo que es un factor a considerar pues la inversión, tanto en la Th como en el robot, es importante y para mucho tiempo.
Espero haberte ayudado en tú análisis particular y no haberte complicado aun más en tú decisión
Abrazos,
Noemí